Columna de Soledad Johnson
Arquitectura Interior
Crear, diseñar, proyectar no es necesariamente un tema de género, es una resolución, ya sea para expresar nuestro mundo creativo interior o para desarrollar esta disciplina humanista fascinante que es la arquitectura, siendo en mi caso la arquitectura interior, hoy conocida como interiorismo.
Como arquitecta, a lo largo de muchos años he ejercido mi profesión con convicción, sosteniendo firmemente que la creatividad, el esfuerzo y el profesionalismo no conocen distinciones. Aquí he sido testigo de cómo la desigualdad presente en otros sectores es prácticamente nula y me ha permitido trabajar con libertad y goce sintiendo que esta disciplina no conoce fronteras, que no es una cuestión de género, sino de talento, pasión y dedicación.
Es necesario reconocer la diversidad de talentos que hay actualmente en este oficio. La mezcla de perspectivas, experiencias sin duda enriquece el proceso creativo y su materialización de proyectos. Celebro la apertura de oportunidades y la igualdad de género en este campo que ha demostrado su capacidad para trascender cualquier límite preestablecido y ha logrado posicionarse como una disciplina necesaria para la creación de espacios invaluables para el bienestar.
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